Paula Sibilia: El hombre Postorgánico
Cap II: Tecnociencia:
En este capítulo,
Sibilia, nos permite reflexionar acerca de los factores por los cuales el hombre se va constituyendo en distintas épocas,
no como tiempos y espacios fragmentados, sino como un retrato de que aquello que lo constituyó a lo largo del
tiempo.
Se lee en su
obra, acerca de la existencia de un entramado de fuerzas en las que los dispositivos de poder “son” en tanto y en
cuanto, tengan base sobre formas de saber. Estas fuerzas que se abren lugar
para dar paso a nuevos modos de ser.
Acerca de Herminio
Martins (sociólogo y epistemólogo portugués), lo refiere en su obra ya que
considera que la configuración de hombre
hoy tiene su inspiración en la tradición fáustica que pretende superar la condición
humana llevando a la obsolescencia a la anterior configuración como cuerpo orgánico
y material de origen prometeico. Pero no deja de lado que siempre ambas han estado presentes en todas las épocas en el carácter técnico del
hombre.
La tradición
prometeica surgió como base de bien común de los hombres a través de los conocimientos
que ayudaron a construir una base científico-industrial,
de conocimiento puro y una visión instrumental de la técnica. Apuntaban a la mejora
de la calidad de vida humana. Pero encontró su límite en el misterio de los dominios
divinos como modos de explicar aquello
que no es posible controlar y queda fuera de la racionalidad científica.
En cambio la
tradición fáustica entra en escena como un nuevo modo de pensar, de ir más allá
de la naturaleza, una forma de cruzar el umbral de la naturaleza humana, volviéndola
cognoscible. Intenta no solo reproducir, sino también dominar a la propia
naturaleza.
Logra
desplazar a la antigua tradición y sus herramientas por otras de tipo electrónicas
y digitales para el carácter técnico que ha reinado en el hombre. Un
pensamiento cuyo impulso se muestra infinito, insaciable por sobre el cuerpo
humano y la propia naturaleza.
INMORTALIDAD: MAS ALLÁ DEL TIEMPO HUMANO
Pensar la muerte de la propia muerte es
posible para la Tecnociencia contemporánea de carácter fáustico que supera los
límites de la vida natural, usando al
organismo como materia prima manipulable. Y encuentra para un nuevo tipo de control,
un nuevo saber. La biotecnología, la ingeniería genética, la criogénica, entre
otros, hacen ver a la muerte de lo biológico, obsoleta. Desplazando cada vez
más la finitud de la muerte como punto final y llevándola más allá de lo
imaginable. Los adelantos tecnocientíficos nos ubican, más que como organismos
funcionales, como información probablemente
conservable.
A través del tiempo la propia definición de
muerte se ve alterada, modificada, resignificada como resultado de los propios
cambios y nuevos entramados que originan nuevos modos de poder y saber. Y es que, la inmortalidad con su carácter
virtualizante, podría extrapolar el conocimiento más allá del cuerpo.
VIRTUALIDAD: MAS ALLÁ DEL ESPACIO HUMANO
Las combinaciones de tiempo y espacio en esta
nueva era, son puntos importantes. El espacio tal como lo conociéramos desde
siempre también se reconfigura y permite en la era digital, atravesarlo de
manera rápida al conectarnos y transportarnos a cualquier punto del mundo en
cualquier momento. Ya no existen las restricciones de tipo espacial, se sortean
barreras y límites geográficos y el tiempo es el aquí y ahora para todo momento.
Pero también esto implica otro mecanismo de
control para Deleuze. Ya sin recurrir a
los muros de las instituciones de control, la panóptica presente se canaliza a través
de diversos dispositivos. Ya no
existe el anonimato, todos estamos
siendo rastreados, controlados, ya nada queda fuera de control. Los límites
entre lo público y lo privado son cada vez más finos, casi imperceptible. Cuanto más seguros nos pensamos , más públicamente expuestos nos encontramos.
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