En
esta ocasión se dejara ver dos miradas sobre lo trabajado con Paula Sibilia en
su libro El hombre Postorganico. Específicamente a partir de ideas de Claudia Ortiz
y Alfonsina Pulgar
En
ambas se destaca la claridad de los límites entre lo natural y artificial para
la tradición occidental desde hace siglos. Esta tendencia que hacía a la figura
de hombre fue desplazada a partir de filósofos como Descartes con su
pensamiento dualista acerca del hombre asociado a la idea de hombre – máquina.
Un paso, a modo de adelanto con su mirada puesta en la naturaleza fue
acompañada de la aparición de un estudio biológico, y así entran en escena los primeros anatomistas quienes hacían sus
estudios sobre el cuerpo ya sin vida; los cadáveres. Se buscaba comprender el
funcionamiento del cuerpo, en tanto engranaje perfecto y apto para el trabajo.
Comienza
entonces la medicina y desde la ciencia y sus descubrimientos con la finalidad
de mejorar la calidad de vida por medio de tratamientos terapéuticos, producción
de medicamentos a gran escala, curar enfermedades, prolongar la vida, etc. Es decir
todo aquello que hacía la mejora de la
calidad de vida de las personas. Y se fue dando paso a nuevos saberes con
fuertes influencias sobre la configuración de los cuerpos y las subjetividades
Tanto
es así que no se ha detenido en su afán por
seguir avanzando, ir más allá del propio cuerpo, de sobrepasar al mismo y se ha
llegado a la nueva era y la búsqueda permanente
de la inmortalidad haciendo usos de las herramientas digitales que se nos
ofrece.
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